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'The Prom': la superficialidad de Ryan Murphy ataca de nuevo

  • Foto del escritor: Magical Matilda
    Magical Matilda
  • 24 dic 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 ago 2021



¡Oh no, otra vez tú! A falta de un par de días para acabar el año, Ryan Murphy ha conseguido lo impensable: sacar al mercado un nuevo producto audiovisual LGTBQ+. Mientras tú estás en tu casa tratando de poner la cita del dentista entre hacer la compra y estar deprimida, la cuenta de Google Calendar de Ryan Murphy está a punto de estallar.


'The Prom' es el título de su nueva película, un musical sobre una adolescente lesbiana de Indiana a la que no le dejan ir al baile con su novia. Para darle la vuelta a esta situación intolerable, llegan las increíbles Meryl Streep, Nicole Kidman, James Corden y Andrew Rannells al pueblo. ¿Su único objetivo? Salvar sus carreras lavando su imagen mientras ayudan a la pobre y solitaria lesbiana, Emma.


La protagonista, Jo Ellen Pellman (who?), vive con su abuela después de que sus padres la echaran de casa por ser lesbiana y resulta que su novia – y esto no os lo vais a esperar – NO HA SALIDO DEL ARMARIO. Me cagüen todo, Alyssa, WHY U DOIN’ THIS? Alyssa forma parte del comité de estudiantes, un organismo del instituto que otorga prestigio, y además, para más inri, su madre es como la cabecilla del AMPA de ese insti americano. La desgraciada de Alyssa ha tenido que ser perfecta toda su vida: ser guapa, ser la mejor de clase, mantenerse fitness, ganar premios… y encima sus amigas son dos heterosexuales cristianas. Insoportable. Es el momento de cantar para arreglar esto.


Este escenario delirante es solo el principio de un show donde cantando poco a poco se van solucionando los pequeños problemillas de homofobia que hay en el pueblo. La pobre Emma no deja de sufrir decepciones mientras Meryl Streep tiene su propio drama personal con un señor al que aún no ha olvidado; Nicole Kidman es la típica señora de 50 años que de un día para otro es tu mejor amiga y te trae Häagen Dazs a tu cama y, bueno, luego está James Corden que es gay – por supuesto – y está traumatizado porque también le echaron de casa por ser homosexual cuando tenía la misma edad que Emma. Este último dato crea un vínculo inevitable entre las dos historias que el espectador apreciará a través de la sucesión de planos y que conducirá indefectiblemente a la catarsis.


Ahora llega la pregunta final. ¿La pobre Emma consigue ser feliz, tener THE PROM y besar a su novia? La respuesta es sí. ¿Cómo iba a resultar un impedimento que tu familia te odie, el instituto entero te odie y el AMPA esté en tu contra cuando tienes a Andrew Rannells cantando en un centro comercial? Este chico consigue con una sola canción en la fuente de un centro comercial (UNA) acabar con la homofobia del colegio. Las parejas cristianas de adolescentes cambian de opinión y le piden piden perdón a Emma. La señora del AMPA, la máxima antagonista del pueblo, una señora que no trabaja y solo se dedica a impedir a los homosexuales ser felices, descubre que su hija es lesbiana y encima es la novia de Emma. Siendo esto así, rectifica y se abrazan. En seis minutos de largometraje tenemos el conflicto resuelto. Qué alivio. Finalmente, todos cantan, por fin, libres de toda homofobia.

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